Todo Sobre el Parkinson
Tratamiento del Parkinson
Existen varios métodos para el tratamiento del Parkinson:
Actualmente la enfermedad de Parkinson no tiene cura, pero sí se puede controlar eficazmente. Se conocen muchos aspectos del proceso neurodegenerativo subyacente a la enfermedad, pero los tratamientos que lo modifican todavía están en fase experimental. Por lo tanto, el tratamiento de la enfermedad de Parkinson actual se dirige únicamente a mejorar los síntomas derivados de la pérdida y muerte neuronal. Como consecuencia de esto, los afectados de Parkinson deben ingerir estos fármacos antiParkinsonianos de por vida, según la dosis y combinación de medicamentos que su neurólogo considere más adecuado para su caso en particular.
En la enfermedad de Parkinson el tratamiento va dirigido tanto el control de los síntomas motores como al de los no motores pues a veces estos últimos son incluso más incapacitantes. Al inicio de la enfermedad, predominan los síntomas motores que responden a levodopa pero, en el caso de la enfermedad de Parkinson avanzada, los problemas a resolver son los relacionados con los efectos secundarios a largo plazo de la medicación dopaminérgica así como síntomas motores y no motores que no responden a levodopa.
Farmacología
Estos tratamientos mejoran solamente los síntomas motores derivados del déficit dopaminérgico (en particular: temblor, rigidez y bradicinesia). Además se revisan los principales grupos de fármacos para el control de los síntomas no motores de la enfermedad.
Principales grupos de medicamentos útiles en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson:
- Medicamentos basados en la dopamina
- Agonistas dopaminérgicos
- Medicamentos anticolinérgicos
- Sistemas de infusión farmacológica continúa
- Otros medicamentos
Cirugía
Las operaciones neuroquirúrgicas solo están indicadas en casos muy determinados de enfermos de Parkinson (no más del 20 por ciento son buenos candidatos). Es el equipo de médicos y neurólogos el que debe seleccionar tales candidatos, después de un estudio detallado y riguroso de cada caso. Las técnicas habituales son:
- Irreversibles: consisten en lesionar quirúrgicamente ciertos núcleos del cerebro que funcionan de forma exagerada en la enfermedad de Parkinson, reduciendo temblores excesivos, rigidez y discinesias importantes secundarias a la ingesta de levodopa. Este tipo de intervenciones prácticamente no se realizan en la actualidad. Variantes de la técnica: talamotomía, palidotomía, subtalamotomía.
- Reversibles: consiste en estimular eléctricamente una serie de núcleos cerebrales, sin dañarlos, a través de la implantación de unos electrodos que, al activarse desde el exterior, modulan y controlan los síntomas Parkinsonianos. Se conoce a esta técnica como “estimulación cerebral profunda”. El núcleo más frecuentemente estimulado es el subtálamo, aunque también es posible realizarlo en el globo pálido.
- Injertos cerebrales: en fase de experimentación, no hay ninguno que haya demostrado eficacia.
Tratamiento de los síntomas no motores
La enfermedad de Parkinson afecta a muchas estructuras cerebrales. En los últimos años se está teniendo muy en cuenta los síntomas no motores de los pacientes, pues se ha demostrado que estos a largo plazo interfieren mucho en su calidad de vida. Es muy importante identificarlos y poner tratamiento para aliviarlos y mejorar en la medida de lo posible al afectado de Parkinson. Los tratamientos son muy diversos y varían mucho de un paciente a otro.
Los síntomas no motores son:
- Trastornos del sueño (trastorno de conducta del sueño REM, insomnio y somnolencia).
- Trastornos autonómicos (estreñimiento, hipotensión ortostática, urgencia miccional e impotencia).
- Trastornos ánimo y conducta (depresión, ansiedad, apatía, e irritabilidad).
- Trastorno cognitivo (deterioro cognitivo o demencia, alucinaciones y delirios).
- Otros: dolor, fatiga, sialorrea.
Los fármacos más frecuentemente utilizados para el tratamiento de estos síntomas son:
- Benzodiacepinas
- Antidepresivos
- Anticolinesterásicos
- Neurolépticos
- Toxina botulínica
Terapias no farmacológicas
El ejercicio físico está demostrando ser muy eficaz para el tratamiento de los síntomas motores de la enfermedad de Parkinson, principalmente el equilibrio y la postura. El tratamiento de la enfermedad de Parkinson además del tratamiento farmacológico debe ir siempre acompañado del no farmacológico.
Siempre se debe recomendar al paciente hábitos de vida saludables como evitar obesidad, alcohol, tabaco y control de los factores de riesgo cerebrovasculares.