Alzheimer
Tratamiento del Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer es una patología de evolución lenta. Desde que aparecen los primeros síntomas hasta que se inicia una etapa de mayor gravedad pueden pasar años, dependiendo de cada persona, entre 5 y 20. Por el momento no existe ningún tratamiento que revierta el proceso de degeneración que comporta esta enfermedad. Sin embargo, sí se dispone de algunos fármacos que pueden retrasar, en determinadas etapas de la enfermedad, la progresión de la patología.
Se utilizan los anticolinesterásicos o inhibidores de la acetilcolinesterasa, fármacos que elevan los niveles de acetilcolina en el cerebro. Tacrina, donepezilo, galantamina, memantina y rivastigmina son los fármacos indicados en las primeras etapas de la enfermedad. Con estos medicamentos se mejoran las fases iniciales y moderadas de la patología, retrasando el deterioro de la memoria y la atención. En el 20 por ciento de los casos estos medicamentos pueden tener efectos adversos que causan trastornos gastrointestinales como náuseas, vómitos o diarrea. Sin embargo, no tienen ningún tipo de interacción con otros fármacos.
De manera general, los anticolinesterásicos suelen retrasar medio año el deterioro cognitivo de los pacientes. Según la Fundación del Cerebro y la Fundación Española de Enfermedades Neurológicas, las tasas de efectividad son elevadas: un 50 por ciento de los pacientes responde positivamente a la administración del medicamento, mientras que un 20 por ciento responde en mayor medida de forma positiva que la media. Por el contrario, el 30 por ciento de los pacientes no responde a la medicación.
Este tipo de tratamiento se combina con otro sintomático, que se administra, a medida que el paciente va denotando diversos síntomas que acompañan al mal de Alzheimer, tales como la depresión, estados de agitación, alteraciones del sueño, o complicaciones más tardías del tipo incontinencia de esfínteres, estreñimiento, infecciones urinarias, úlceras provocadas por la inmovilidad o tromboflebitis.
Para los síntomas psicóticos que suelen aparecen cuando la demencia es moderada se pueden administrar fármacos neurolépticos, aunque sólo se recomiendan en casos extremos ya que también afectan a otros sistemas neuronales.
La vacuna, AN-1792, se basa en una forma sintética de la proteína beta amiloide, proteína que conforma las placas en los cerebros de los pacientes con Alzheimer y estimula al sistema inmunológico para eliminar las placas ya formadas y evitar la aparición de otras nuevas.
Es importante también la disposición que deben tener aquellas personas encargadas del cuidado del paciente. Cuidar a alguien con Alzheimer puede ser complicado debido a los cambios de humor o problemas de memoria, pero si se adopta la actitud adecuada el tratamiento puede hacerse más llevadero. La Fundación del Cerebro y la Fundación Española de Enfermedades Neurológicas ofrecen algunos consejos como los siguientes:
- Se debe tratar al paciente acorde a la edad que tenga, y no tratar de ocultarle información.
- No dar órdenes ni exigencias, tratando de mantener un tono positivo siempre.
- Hablar claro y explicar las cosas de forma relajada y lo necesariamente extensas que sea posible para que el paciente pueda comprender lo que se le trata de decir o explicar.
- Tratar de que el paciente tenga su propia independencia y ayudar en la medida de lo posible, sin anular sus acciones.
Para ampliar dé click en Expandir.