Cuidadores
La persona afectada por una ENM
El diagnóstico y padecimiento de una ENM es una situación que se escapa a los límites de la cotidianidad. Al margen de todos los síntomas físicos provocados directamente por la patología, la persona afectada se ve envuelta en una espiral de sentimientos, sensaciones y emociones difíciles de explicar y, en muchas ocasiones, de resolución complicada.
Los problemas psicosociales varían según la etapa de la vida. También influye la fase de la enfermedad muscular y la naturaleza de la misma.
Los afectados son conscientes de su problemática, ya que la pérdida progresiva de fuerza, unida a los estados anímicos carenciales que esta provoca, limita mucho su actividad, tanto a nivel personal como social.
En la mayoría de las ocasiones, estas personas se ven apartadas de la dinámica social, que incluye tanto el ámbito de las relaciones sociales como el laboral. Las dificultades de interrelación con otras personas son debidas mayoritariamente a la ignorancia de gran parte de la sociedad. Por esto muchas personas se ven obligadas a recluirse en el entorno familiar, limitando su desarrollo intelectual y social.
En las personas con discapacidad suelen aparecer dificultades para tomar decisiones, miedo ante los retos que se presentan, desconfianza de sus posibilidades reales y problemas en las relaciones sociales.